miércoles, 27 de noviembre de 2013

El diputado José María Pérez denunció por acoso a la madre y la hija acusadas de estafar en bares

Ya eran conocidas por la Policía. La madre y la hija que supuestamente fueron investigadas a principios de año como presuntas autoras del acoso al diputado regional del PSOE José María Pérez, exconcejal del Ayuntamiento de Gijón. El propio afectado puso en conocimiento del Cuerpo Nacional de Policía el continuo seguimiento y las difamaciones a las que al parecer se veía sometido por parte de la mujer de 42 años y su madre, de 80.
Los investigadores llegaron a tomarles declaración al respecto en la Comisaría, pero no pareció causarles molestia alguna, ya que los meses siguientes llegaron a explicar a los hosteleros afectados como excusa para no abonar las cuentas que estaban «muy ocupadas» organizando la boda de la más joven con el político y que incluso sería él quien iría a abonar la deuda a los restaurantes.
Pero no sería únicamente José María Pérez el que sufriría la actitud de las dos gijonesas. Según ha podido saber este periódico, ambas tienen una orden de alejamiento de un hostelero del barrio de La Arena, al que acosaron y coaccionaron, según consideró la Justicia. No pueden acercarse a la víctima ni a su negocio a menos de 500 metros hasta el próximo 2014.
Residen en la calle de Juan, en el barrio de El Llano, pero para simular el alto tren de vida que aseguraban tener, llegaban a colarse en portales de la calle Corrida. Podían llegar a permanecer horas sentadas en la escalera hasta que volvían a salir, para luego convencer a sus objetivos de que vivían allí mientras les acababan las obras en el chalé que se estaban construyendo en Somió.
Lo cierto es que residen en un piso en el que no tienen suministro eléctrico y en el que, según los vecinos, no abonan la cuota de la comunidad desde hace meses. Todo un engaño que aparentemente les sirvió durante meses en los cuatro establecimientos hoteleros en los que comieron y cenaron diariamente con el compromiso de pagar a fin de mes. Cuando los afectados empezaban a sospechar de sus intenciones y le reclamaban el dinero, les amenazaban con denunciarlos por acoso sexual.
Era entonces cuando buscaban otro restaurante y tras ganarse la confianza de los responsables del local a base de regalos y buenas palabras, volvían a poder comer otras semanas más. Los denunciantes son el café Manacor, la Perdiz Roja, el Bosco y el Puente Romano. Se da la circunstancia de que la mayor parte de los locales habían cambiado de gerencia en los últimos meses y no tenían referencia de las mujeres, que ya eran conocidas por muchos gijoneses.

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